TRUE BLOOD, POCO RUIDO Y MUCHA SANGRE

Bueno, tras cuatro capítulos de la nueva temporada de True Blood (TB), me aventuraré a dar mi opinión.

Ésta se puede resumir en una frase muy corta: NO ENGANCHA y NO ME CONVENCE.
Demasiado dispersa, no hay ningún momento en el que desee que el capítulo no acabe, más bien al contrario. De hecho, comparando mi actitud con la de las temporadas anteriores, es insulsa, lenta, con tantos temas en el asador que no explica ninguno. A esto, añadir que hay alguna que otra escena demasiado asquerosita. El nivel de “gore” es mayor en esta tercera temporada que en las dos anteriores.

¿Algo bueno? El personaje de Eric sigue siendo de lo más interesante; Bill sigue atormentado; Sookie parece que va espabilando y se hace amiga de unos licántropos interesantes; Jason sigue en la parra pero alegrando la vista; y Lafayette sigue siendo de lo mejorcito.

En resumen: le falta ritmo y argumento. Creo que están siguiendo literalmente el libro, pero se olvidan de que el lenguaje literario ha de ADAPTARSE al cinematográfico, no puede ser literal.