Sin duda, parece que está de moda la adaptación de literatura al cine. ¿Será que el cine está escasa de ideas?
Pongamos como ejemplos recientes: Crepúsculo (y la próxima secuela, Luna Nueva); Watchmen, Déjame entrar, Charlie y la fábrica de chocolate, La guerra de los mundos, Salvador Puig Antich (básada en el libro Cuenta atrás), Eragon, Las crónicas de Narnia, El señor de los anillos y la trilogía, y un larguísimo etc.
En mi opinión, cine y literatura van de la mano. Al fin y al cabo, el cine se basa, en su esencia, en la elaboración de un guión literario y técnico. Sin embargo, basarse literalmente en la novela original para traspasarla a la pantalla, calcándola, puede molestar a los amantes del cine más puristas. Por ejemplo, he leído (y escuchado) críticas de Watchmen, quejándose de la exactitud de los diálogos y los planos, apelando a que el cine no es la novela gráfica, y no puede ser tan similar a la novela, ya que el resultado podría defraudar. En el cine no sólo se espera ver a tus personajes, que has imaginado previamente, en movimiento. Se espera esa magia del cine que te sorprenda.
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Reuters América Latina
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