Porque ellos todo lo merecen, y muchos nada reciben salvo sufrimiento, martirio, abandono y explotación.
A mis tres pequeñajas, a las que muchas veces siento que salvé la vida, pero en realidad me la salvaron ellas a mi.
Mis tres tesoritos:
KENIA (la gatita zen y veterana de la casa. Ella me ha enseñado a amar a los gatos)
KIRA (la gran sufridora pendiente de todos)
NORA (la peque de la casa)
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