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31 ene 2010

Entrevista a Federico Moccia: "soy celoso porque cuando era un muchacho fui infiel", de Javier Faya

Entrevista de un buen amigo a Federico Moccia.


Era un día realmente frenético en Madrid. El sol bromeaba con el frío y federico moccia (Roma, 1963) y su inseparable intérprete llevaban de ‘tourné’ desde las nueve de la mañana y ya eran casi las tres. Había ganas de despacharnos pronto, aunque estuvo razonablemente simpático, e hicimos lo que pudimos. Se le notaba muy cansado, con ganas de tele, que no de ti, como reza su segundo libro. Y ya va por el cuarto...


¿Puedo tutearle?
Claro.


Tiene mucho peligro que haya una diferencia de edad importante en una pareja? Lo digo porque ahí parecen radicar los problemas entre Niki y Álex.
Yo creo que el peligro existe siempre. Muchas veces, en la realidad, yo he visto a parejas que tenían todas las características para que les fuera bien. Se llevaban pocos años, habían estado juntos el tiempo suficiente antes de casarse… y luego se fue todo a pique. Creo que ésa es precisamente la belleza del amor. No hay unas leyes matemáticas que lo rijan. A menudo, teniendo todos los elementos a tu favor, una historia puede salir bien o mal, o al contrario. Hay muchas cosas que parecen contraproducentes y, sin embargo, la relación sale adelante.


Ya, pero estarás conmigo en que no es habitual una pareja formada por una chica de 17 y un hombre de 37, ¿no?
Sí, claro, lo que pasa es que muchas veces estamos condicionados por la familia y los amigos, que te preguntan: «¿Cuándo te casas, vas a tener niños?». Y no hacemos lo que realmente queremos. De lo que se trata es de ser uno mismo y de intentar vivir al máximo, independientemente de la diferencia de años.


¿Hay mucho en común en una pareja con esa diferencia de edad?
A veces, un hombre de 37 y una mujer de 35 no se entienden, y, sin embargo, una chica de 17 puede ser organizada, capaz de afrontar y construir su vida y de hacer feliz a un hombre (al acabar la entrevista le esperaba junto al coche una bella joven muy alta, pelirroja y con pecas).


Y tú, finalmente, ¿sucumbiste a la forma de vivir en sociedad tradicional?
Bueno, yo me he casado, pero todavía no tengo hijos, es una elección. Lo que yo quiero expresar, sobre todo, son las expectativas que la sociedad te genera. La gente no se da cuenta de que el amor no es como adelgazar, que te sobran unos kilos y que los pierdes. ¿Por qué todo el mundo tiene que casarse y tener hijos si quizás no es eso lo que realmente quieren?


Volviendo a tu libro, me parece que los celos son la clave. ¿Son algo normal?
Los celos forman parte del amor. Son la parte más romántica de la posesión. Cuando a ti te gusta alguien mucho puedes estar celoso de su espacio, de su tiempo, de una pasión enorme que pueda sentir por un libro, por el piano… de todo lo que esa persona prefiera antes que a ti. Y, además, si existe la posibilidad de que otro te desplace, entonces surgen las dudas.


¿Eres celoso?

Sí, soy celoso, pero de una manera inteligente (niego con la cabeza porque creo que ese sentimiento, como todos, no es muy racional que digamos, pero él abre un poco más los ojos, me mira con cierta indiferencia y sigue). Son celos que domino, porque tú no puedes controlar a la otra persona. Tienes que aprender a vivir con tus celos porque, si no, se va todo al garete. Yo creo que los celos son un elemento inevitable de la pasión y hay que saber llevarlos de una manera inteligente.


Quizás haya una delgada línea entre esos celos, digamos, inteligentes, y la indiferencia, ¿no? Y eso sí que sería perjudicial para el amor.
La indiferencia es un elemento negativo, porque quiere decir que esa persona no te interesa.


Adonde yo quiero ir a parar es que puede que los celos sean necesarios.
Lo importante es saber controlar los celos. En una pareja el hombre se da perfectamente cuenta de si la mujer es capaz de dominarlos, y viceversa.


Bueno, ¿cambia algo que sean los dos homos o dos ragazzas (pillo su italiano)? Lo digo porque, en general, es mucho más sensible una mujer que un hombre.
No (rotundo y luego silencio). Entrar en tantos matices… La verdad es que no lo sé. Tampoco tiene mucha importancia. Los celos son los celos y, sobre todo, depende del carácter de cada uno. Una mujer depende de su carácter, una loca pues lo mismo; de un ataque de celos le puede dar por tirarle algo a la cabeza…


¿Hubiera sido posible que los protagonistas del libro hubiesen sido gays?
Bueno, hay muchas chicas que me dicen que han acudido al puente Milvio para cerrar un candado con el nombre de otra chica (en Roma se impuso -y aún sobrevive- la moda entre los enamorados de ir con un candado, poner el nombre de los dos y colocarlo allí, tras tirar la llave al río Tíber), y es estupendo, pero a mí me hubiera resultado difícil plasmar la historia con la misma sensibilidad que lo he hecho al reflejar a una pareja heterosexual. Prefiero no traicionar nunca la sonrisa del lector cuando comprende lo que estoy contando.


Un hombre tan romántico como tú debe tener una vida tan romántica como la que describes en todas tus obras.
Mi vida es muy normal. La verdad es que a mí me gusta tener momentos de seriedad, momentos de trabajo, momentos románticos… Me encanta recordar las celebraciones -aniversarios- importantes de la pareja, hacer regalos y no necesariamente costosos, pero sí pensados para la otra persona… Me gusta hacer feliz a mi mujer, pero no por obligación, sino porque a mí eso me satisface y, mientras sea así, espero seguir haciéndolo.


Hay que tener mucha fe en sí mismo para, después de ser rechazado por todas las editoriales, pongas de tu bolsillo el dinero para publicar tu primera novela.
Soy tenaz.


Sé de un niñas adolescentes que lo están pasando muy, muy mal en la vida y que te tienen como inspiración. ¿Qué les dirías si las tuvieras enfrente?
Bueno (se emociona, le brillan un poco los ojos y su cara es la sorpresa personificada y trata de meditar su respuesta, parece como si le pudiera la responsabilidad)… La verdad es que, afortunadamente, cuando oigo este tipo de cosas me disgusto pero, al mismo tiempo, me hacen sentirme importante; mucho más que si fuera un escritor de éxito porque quiere decir que eres importante para alguien que realmente lo necesita. Para situaciones tan difíciles como ésta es muy difícil dar una indicación y, sobre todo, ahora, deprisa y corriendo.... Yo creo que cada una de esas chicas tiene una experiencia a sus espaldas que le ha hecho tener esa visión de la vida que les hace que no tengan entusiasmo por las cosas, que no sean alegres. Lo siento mucho por ellas y me hace muy feliz que, de alguna manera, les puedo ayudar.


Les hará feliz saberlo porque (me interrumpe)...
Es difícil darles una indicación porque, claro, son personas que tienen un desfase con la realidad. Entonces tú ves las cosas como son, pero cuando te encuentras a alguien que tiene ese problema, resulta muy complicado, por no decir imposible, darles algún tipo de consejo, algún mensaje... No sabes qué hacer, cómo acertar.


Pero sí que es gratificante.
Quién sabe por qué les gustan mis libros, qué es lo que encuentran en ellos porque hay de todo. Hay alegrías, amor, felicidad, pero también decepciones, amargura... Ellas deben haber visto algo que otras personas no han visto.


Pues que esriba más.
Sí (risas). Eso haré. Si les soy de utilidad, claro que seguiré escribiendo.


Hay en su web un mapa de España con señalizaciones de candados del amor.
Sí, y espero que vayan aumentando.


Igual luego ponen multas como en Florencia o en la Ciudad Eterna.
Ojalá que no.


En el Puente Milvio de Roma viene gente de todo el mundo para cumplir con el rito. ¿Cómo se le ocurrió?
Un día me di cuenta de que, extrañamente, no existían leyendas románticas en Roma más allá de la clásica moneda en la Fontana di Trevi. Cada vez que hay algo que habla de amor es un signo positivo de nuestra sociedad (omite decir que fue en Florencia, en el majestuoso Ponte Vecchio, donde surgió esta costumbre, dicen que por una especie de anuncio de un cerrajero).


¡Te acusan (soy tan cobarde que no me atrevo a decirle que es lo que yo pienso y me escudo en la siempre bienvenida segunda persona con valor impersonal) de ser muy cursi!

Bueno (cambia el registro y bastante, no lo encaja demasiado bien, la verdad)...


El publicista de éxito que hace una campaña "superguay" (sic)... Ya sabes, tipo Sensación de vivir, Melrose Place y todas esas series americanas para adolescentes.
Hay una realidad, cosas que van bien y cosas que van mal. Hay muchas historias que no conocemos y que solo leemos en los periódicos sobre los famosos. También hay otras personas que no lo son, y que tienen una determinada forma de vida. No creo que sea cursi porque en el libro también hay amargura. Lo que sucede en el primero entre Álex y Miki es algo que puede pasar en la realidad perfectamente. Cuando uno está muy enamorado haces cualquier cosa por hacer feliz a la persona que amas.


¿Has sido infiel alguna vez?
Sí (lo dice con un tono de voz que provoca la risa, como si le estuviera medio regañando y confesando a la vez), cuando era solo un muchacho (risas).


Vaya (risas).
Yo era muy joven, ésa es la verdad. Creo que fue porque tuve una primera experiencia mala y me quedé muy herido. Si fui infiel se debió a que tenía miedo de implicarme demasiado en una historia que luego me podía salir mal. Posteriormente, me di cuenta de que debía tirar hacia la introspección, por eso trabajé sobre mí mismo, y me gustó. Me dije que tenía que vencer ese temor, independientemente de que esta historia de amor pudiera salir bien o mal. Tenía que vivirla con la mayor intensidad. Por eso soy un hombre celoso (risas).


Una cosa. ¿Crees que es mejor que, en caso de haber sido infiel a tu pareja, le digas la verdad o quizás debes callarte para no herirla y crear desconfianza?
Yo diría que lo mejor es evitar caer en estas situaciones.



¡Toma, y yo (risas)!

Si te ha sucedido, lo mejor es decirlo de la mejor manera posible. Pero si hacerlo no te va a cambiar la vida, no te va a llevar a ningún sitio y te va a crear un lío, entonces es mejor callar.



A la sociedad de ahora le encantan los cuernos, los chismes, los cotilleos... ¿Crees que la misma gente que consume telebasura y que ve mil veces la broma de la periodista Elena Di Cioccio a Beckham, cogiéndole la minga, es la misma que puede leer tus libros? ¿Puede ser compatible?

Yo creo que la gente se divierte con muchas cosas, es curiosa. La broma, que fue un poco pesada, de esa periodista del programa Las hienas que quería probar la resistencia física de David Beckham, haría reír a algunos, y a otros no. La gente es muy variable. Unos se pueden entretener con esto, otros con un libro, otros con la economía... Es perfectamente compatible.


Tú no te preocupes que no voy a hacerte lo mismo.
Vale (carcajadas).

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2 tastes:

muy buena la entrevista! ;)
me la pase carcajeando xD

Jejejeje, me alegro que te haya gustado :D


Un saludote!!!

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